COGITO, ERGO SUM o la duda metódica


Descartes, con su duda, puso a prueba
La espléndida sapiencia del pasado.
Llenó de tachaduras el legado
E hizo en el borrón la cuenta nueva.

Dudó del corazón, de Adán y Eva,
De Ulfilas, de Platón, del vino aguado.
Y puso en el montón lo más sagrado:
Espacio y aire y fuego y agua y gleba.

Mas fue la misma duda, su manceba,
Aquella que, extremando en lo dudado,
Le hizo proferir: “pensar me es dado”.

“Existo” – concluyó –, “como lo aprueba
El no poder dudar de lo sobrado
De aquí vendrá la luz: estoy preñado”.


Estrada, Mariano: Vientos de Soledad (1984)

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