El Ciego
El tantear del ciego
Es una angustia en marcha;
El temblor de su palo
Es el temblor de un alma,
Que a la impuesta quietud no se resigna
Y en el horror de la tiniebla avanza.
¡Tener que andar porque algo dentro impele,
Porque, fuera, algo llama,
Y dilatar en vano unas pupilas
En que ha muerto por siempre la mirada!...
El tantear del ciego
Es una angustia en marcha.
*
**
Fui ciego, aún lo estoy, no se estremece
Todavía mi noche en alborada,
Todavía no apunta en la negrura
Del horizonte blanquecina franja;
Pero la negra angustia
Ya palidece en mi alma.
Ya no es el palo de febril tanteo
El que guía mi marcha;
Hallé una mano en que poner mi mano,
… topé con ella sin pensar buscarla.
-
¿De
quién era? No supe; pero a poco
lo
comprendí por su presión, que, blanda,
“No temas
– me decía – soy yo mismo
La Voz
que te llamaba;
Ya no
puedes perderte… sigue a ciegas…
Cuando
llegues, verás: yo soy el Alba…”
Barranquilla, 4 de Marzo de 1941
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